La rentabilidad que ofrecen, según la CNMV, suele ser fija en un primer periodo y, en un segundo periodo, referenciada a un indicador como, por ejemplo, el Euríbor más un porcentaje adicional.
Son, por tanto, un producto de inversión complejo y de riesgo elevado.
Para entendernos mejor, pongamos por ejemplo un banco que necesita dinero. Este banco vende una participación preferente a un ciudadano por 5.000 euros. El ciudadano no tendrá participación en el capital del banco ni derechos políticos, tan solo es como si le hubiera prestado su dinero a la entidad.
A cambio, el banco pagará al ciudadano una rentabilidad que variará entre el 4% y el 8% cada mes. Esta situación se perpetúa hasta la fecha de vencimiento de la participación preferente, momento en el cual el banco devolverá los 5.000 euros al ciudadano.
Si el ciudadano quiere recuperar sus 5.000 euros antes de que venza la participación preferente, deberá venderla en el mercado secundario. Sin embargo, el precio de la participación preferente en el mercado secundario puede ser inferior a los 5.000 euros que pagó inicialmente, con lo que acabaría perdiendo una parte de su dinero.
En España, se ha dado el caso de participaciones preferentes que vencían en 1.000 años, por lo que el inversor solo podría recuperar su dinero en el mercado secundario.
A modo resumen, es importante saber que las participaciones preferentes:
- A diferencia de las acciones preferentes, no confieren participación en el capital de la empresa emisora.
- No otorgan derechos políticos (voz y voto en la junta de accionistas de la empresa emisora).
- La remuneración está condicionada a que la empresa emisora tenga beneficios o pague dividendos.
- Si un año no hay retribución, no se acumula para el año siguiente.
- No siempre es fácil recuperar el dinero invertido porque para hacerlo debemos venderlas en un mercado secundario. Puede darse el caso de que nadie quiera comprarlas en este mercado secundario o que nos ofrezcan un precio inferior al que pagamos inicialmente, con lo que acabaríamos perdiendo una parte de nuestra inversión inicial.
- En caso de quiebra del emisor, el orden de recuperación de crédito de la participación preferente se sitúa delante de las acciones ordinarias, detrás de los acreedores ordinarios y al mismo nivel que el resto de participaciones preferentes.
- Dado que el riesgo es mayor, durante el primer periodo suelen ofrecer una rentabilidad más alta que otros productos de inversión.
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